Entradas

Personal

Imagen
¡Qué cosa hermosa la sonrisa! Qué gesto tan lleno de felicidad, tan desbordante de alegría Complaciente, satisfactorio y amigable ¿Quién se atrevería a no encantarse con un par de dulces sonrisas? Si son las muecas introductorias por excelencia, de naturaleza sumisa (y encima socialmente bien vistas) ¡Ah! ¿Verdad que es cosa hermosa la sonrisa?

Definirse es limitarse

Despejo un poco la impresición de mis pensamientos, escribiendo. Uno. Definir. Qué es definir. Categorizar. Asignarle categorías concebibles, en nuestras mentes, que son útiles para graficar a las palabras (o los signos, o los fonemas, o llámese como quieran esas entidades mínimas de pensamiento que "nombran a algo", pero que necesitan de una definición para tangibilizarse y poder ser pensadas en su sentido funcional. O simplemente, para ser pensadas). Me asusta lo acotado que puede ser el término "definir", si se considera desde el aspecto en que limita a los signos. Si el signo está limitado, claramente tendrá la asignación dada por la definición funcionará en determinada manera de representar el mundo, pero escapará de ella una amplia cantidad de contenido. Entonces, (acá se despierta otro mambo paralelo) ¿sólo deberíamos de considerar las cuestiones definidas por su funcionalidad, y no por su totalidad? ¿no sería una forma acotada de interpretar la realidad,

Literatura barata

Llegué a casa a las siete. Mi cabeza dolía. Decidí ir a la cocina por algo de comer: sólo había huevos en la heladera. Tomé uno, y lo herví. El dolor de cabeza persistía. Cerré los ojos un momento, y respiré. Comí, sin muchos ánimos. Me acosté a dormir, con lágrimas cayendo por mis mejillas. No estaba segura de por qué tenía esas inmensas ganas de estar lejos, y que a nadie le interesase dónde estuviese. Ella llegó. Lo noté por su característico portazo malhumorado. Me sentí tan pequeña. Me levanté, como pude, algo mareada, a saludarla. No debía darle causas para que hiciera empeorar mi dolor de cabeza. Volví a la cama. Comencé a sentir náuseas. Las ignoré. Desperté confundida. Tenía frío y todo se sentía extraño. La puerta de mi habitación estaba abierta (yo creía haberla cerrado). Escuché caer estrepitosamente muchos litros de agua, cual interminable catarata. Esa insoportable y no-transmisora de saberes, ni contenido alguno, que tanto identifica a sus televidentes, también c

Solcito lindo

Podría decirse que me gustan los atardeceres porque son coloridos. Llana y sencillamente. Pero no. La realidad es que me gustan los atardeceres porque me traen cierta nostalgia. No estoy segura por qué. Tal vez sea porque su hermosura y esplendor dure unos pocos minutos. Sin lugar a duda, lo que más me gusta es el punto cúlmine del apogeo del atardecer: el momento exacto donde la noche se posiciona por un lado para salir, con toda su oscuridad y magnificencia, y del lado opuesto se divisan los últimos y potentes colores creados por el Sol y sus rayos finales... (espero haber disimulado poéticamente mi ignorancia hacia no saber de qué punto cardinal sale el Sol, y por cuál se pone) Es curioso; sólo noto la hermosura de la puesta de la estrella que mantiene la vida en el planeta Tierra, y de todos los bellos colores que la acompañan, cuando me siento feliz. Sin embargo, trae a mi mente esa suerte de melancolía. Con razón soy una incomprendida.
No eres padre si tus hijos crecen    Y tú sientes que ellos no merecen   Ni siquiera un poco de atención…   Si nunca ves a tu hijo en casa   Y en vez de ver lo que le pasa,   Prefieres mejor ver la televisión.
Imagen
Equinoccio - Juana Lo Duca fotografía